Powered By Blogger

viernes, 7 de octubre de 2011

GENEROSIDAD EN TIEMPOS DE CRISIS

¿Quién en estos tiempos de crisis se plantea dar algo a alguien? Lo más fácil es decirnos a nosotros mismos que como ya nos cuesta mucho llegar a fin de mes, difícilmente podremos ayudar a otros. Y así es, realmente, si confiamos en nuestras solas fuerzas. Pero sabemos por fe, que las matemáticas humanas, muchas veces no son las matemáticas de Dios, y que si a 2 le quitamos 2, quedará cero en nuestras matemáticas, pero puede no ser así en las de Nuestro Padre, que nos da para dar y tomar.
En la multiplicación de los panes y los peces, Jesús dice una frase que siempre me ha gustado: "dadles vosotros de comer". Un joven, que tenía unos pocos panes y 2 peces, lo dio todo, sin pensar que se iba a quedar sin su sustento. Sólo de esta manera es como Dios puede obrar milagros. Si los discípulos nunca hubieran necesitado tomar prestados esos panes y peces, sino que les hubieran sido dados por Jesús directamente, nunca hubieran hecho el acto de fe que valió para que el Señor multiplicara el alimento. Tomando con fe aquellos panes y peces, empiezan a repartir, y la comida no solo no se agota, sino que se multiplica, sobrando 12 canastas. ¡Tomadlo todo, que nada se desperdicie! Aún sobró alimento, porque hubo generosidad y fe. Generosidad por parte del muchacho que dio sin pensar en su egoísmo y fe porque los discípulos creyeron que Jesús podía hacerlo y se pusieron a sus órdenes. Quizás con toda probabilidad, muchas veces lo que nos falta sea eso. Generosidad, para dar sin pensar en nosotros mismos. Fe, para pensar que si yo doy TODO lo que tengo, Dios no pasará por alto ese detalle y alimentará a todos, y sobrará. Éste es uno de tantos ejemplos que conocemos. La viuda de Sarepta, no fue menos generosa que el joven de los panes y los peces. La región estaba en una dura sequía, en el tiempo del profeta Elías. La pobre mujer, solo tenía harina para cocinar pan una sola vez. Luego, sabía que ella y su hijo iban a morir de hambre. Pero Elías le pidió por favor que le cocinase un panecillo para comérselo, y luego ella se haría otro para ella y su hijo. Porque así dice el Señor: "la orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día que el Señor haga llover sobre esta tierra" Y así fue, tal y como el Señor lo dijo. ¿Quién en las circunstancias de la Viuda, hubiera tenido tanta fe? Hoy, a nuestro alrededor, hay muchos Elías, que no tienen nada. Quizás nosotros tenemos la vaga esperanza de vivir un día más con lo que poseemos, sabiendo que las cosas no van a ir mucho mejor mañana, y que probablemente no tendremos ni para llegar a fin de mes. Y me pregunto ¿No será que no dejamos que Dios actúe y haga milagros en nuestros días? ¿No será que nuestra soberbia, de creernos que todo lo podemos por nuestros propios medios, nos impide dejar que Dios haga todo, no será que no nos atrevemos a dejarnos en sus manos, abandonados, como bebés en brazos de sus madres? ¿Donde llega mi fe? ¿ Es una fe de palabras o se constata con los hechos?
"DADLES VOSOTROS DE COMER". Dios nos necesita, quiere hacer milagros a través de nuestro asentimiento, de nuestra fe, de nuestro olvido de nosotros mismos, de nuestra generosidad. Si te dijeran que puedes trasladarte en el tiempo e ir al lugar donde Jesús multiplico los panes y los peces, si te ofrecieran la oportunidad de estar allí, de verlo, de comer esos alimentos, seguro que dirías ahora mismo: ¡Sí, voy! Pero no nos damos cuenta de lo torpes que somos, pues Jesús está aquí, igual que entonces y sigue obrando milagros, igual que entonces. Sólo que le hace falta un ingrediente del cual no puede prescindir: LA FE. Piensa por un momento que Dios necesita de tu aportación, por modesta que sea, pero que sea generosa, y será suficiente para obrar el milagro. Sin ese "ingrediente secreto" nunca vamos a poder "dar nosotros de comer". Por el contrario, si poseemos ese don, con toda certeza nuestra recompensa sea que tengamos de sobra para muchos más y para nosotros mismos. Sólo tenemos que experimentar que Dios puede hacerlo, que lo hace  y es feliz haciéndolo.

2 comentarios:

  1. Necesitamos poner toda nuestra confianza en el SEÑOR. La fe, si la tenemos, debe generar confianza, y la confianza nos debe ayudar a dar y compartir hasta el límite.

    Porque en el SEÑOR está depositada nuestra confianza y seguridad, y en ÉL nada nos falta.

    Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Salvador. Un abrazo y que Dios te bendiga.

    ResponderEliminar