Powered By Blogger

jueves, 6 de octubre de 2011

CARTA ABIERTA A MI HIJO

Ciertamente, te fuiste pronto, hijo mío...tus tres añitos a mi lado fueron un regalo precioso de Dios.  Al nacer, trajiste a mi vida una alegría que jamás se borrará de mi mente ni de mi corazón. 
Pero Dios tenía para ti planes distintos a los que yo, tu madre, había trazado en mi mente. Hace unos días hemos recordado tu partida, de la que contamos ya 25 años. Ese 3 de septiembre de 1989 jamás podrá borrarlo nadie de mis pensamientos. Pensé que iba a morir contigo, cuando ocurrió aquel triste accidente. Pensé, de igual modo, que nunca ya nada iba a tener sentido sin ti, sentí que me habían arrancado un trozo de mis entrañas. 
Jamás hablé del por qué de tu partida con Dios. Nunca le recriminé el haberte llevado tan tempranamente, cuando empezabas a vivir. Pero tampoco podía hablarle de nada referente a ti, un dolor me lo impedía. 
Fueron pasando los años, y supongo que con ellos, fui haciendo mi propio duelo. El siguiente hermano que nació tras tu muerte, tu hermano Marc, trajo de nuevo la alegría de   nuevo a mi corazón, pues muchas veces, al tenerlo en brazos, veía tu carita, tan parecida a la suya. Creo que hoy, si vivieras con nosotros, a tus 25 años, serías muy parecido a él. Cuando le daba el pecho a tu hermano, pensaba con asombro que parecía que ese bebé ya lo había tenido de ese modo en mis brazos. ¡Qué cosas tiene el Señor! 
Ahora, después de estos años de tu partida, miro hacia atrás y veo lo que el Señor no me dijo entonces, porque no le dejaba hablar a mi corazón. Veo la misión a la que Él desde siempre me había preparado y yo desconocía: ayudar a todos mis hermanos que han perdido un hijo, de la forma que sea. Pero especialmente, el llamado de Dios en mi vida, es el ayudar a acercar a Dios a personas que han perdido un hijo tras un aborto. Aunque el caso mío sea diferente, pues tú moriste tras un accidente, ellos, los padres que abortaron a sus hijos, también sufren infinitamente, al conocer y darse cuenta de lo que han hecho, pasado un tiempo.  Ellos necesitan de alguien que les apoye, que les ayude a volver a poder hablar con Dios de ese hijo, a conversar con ese Padre amoroso que siempre espera que llamemos a su puerta, para abrirnos y abrazarnos con ternura. 
Agradezco mucho a Dios el haber conocido el ministerio del Viñedo de Raquel, para sanación de personas que abortaron a sus bebés. Todo tiene un precio, perderte a ti fue un precio muy alto para mi, pero ha servido para poder ser un pequeño canal por donde Dios llegue a estas personas. Puedo empatizar con ellas, porque se lo que es perder un hijo, y lo se porque te perdí a ti, Miquel Àngel.
Ayúdame tú desde el Cielo, para encontrar a estos padres destruidos por su propio error, encadenados por esa "libertad" que les vendieron al afirmar que el aborto era la solución. Esa "libertad" que se ha convertido en una cadena que no les deja vivir. Ayúdame junto a esos pequeñines, a que sus padres regresen a la casa del Padre. 
Gracias, mi amor. Pronto, muy pronto, voy a verte. No dejes de esperarme y de rogar por tu mami. Tequiero.
                                                                                   

1 comentario: